lunes, 14 de marzo de 2011

Retorno a Hasselt, que no Hansala

Ajá, cuando todo el mundo estaba convencido de que me había quedado en casa por Navidad vuelvo aquí para contar mis aventuras por Hasselt. Volví el 10 de enero y desde entonces no he hecho más que estar estudiando como un descosido, de ahí viene mi ausencia de entradas en el blog, vale, no cuela.

La vuelta a Hasselt fue de lo más normal, tras el paréntesis navideño no había pasado gran cosa por aquí. Las nevadas se quedaron atrás y desde entonces sólo heló un par de días. Las clases seguían como siempre y la fiesta pues no podía faltar. Antiguos inquilinos de Studho partieron hacia sus tierras, ya fueran de Finlandia, Austria, Barcelona o China (sí, desgraciadamente los chinos volvieron a  su querida república natal, se acabó el misterio!). Las bajas tardaron un poco en suplirse, se puede decir que estuvimos prácticamente quince días en una residencia fantasma, por no estar no estaba ni el tio de las luces.

Poco a poco las habitaciones se volvieron a llenar con nacionalidades nuevas: Grecia, Portugal, y Escocia entre otras. También hubo una nueva oleada de gente patria, que para mi sorpresa ya sabía de la existencia de este blog. Y lo que más me sorprende es que contra todo pronóstico parece que les sirvió de utilidad, se trajeron un par de frenos extra para la bici y palillos chinos para comer. Creo que por lo demás fue contraproducente, de hecho estuvieron a punto de renunciar a sus becas por mis palabras.

Los meses de enero y febrero se mantuvieron en la tónica habitual, me paseaba por clase, me descargaba películas y luego vagaba por la residencia en busca de algo que hacer. Le dediqué un par de horas a cada examen y voilà! tooooodas suspendidas. En realidad aún no se nada de los resultados, en cuanto sepa algo de las notas haré comentarios al respecto, no muy detallados que ese tipo de información puede ser usada en mi contra en cualquier momento.

En marzo llegó la novedad, visita de los chumachos y viaje a Gelsenkirchen! y regreso a 1984. Pero eso ya será contado a su debido momento. Todos estos meses de inactividad me han dejado los dedos atrofiados así que por el momento no puedo ofrecer más. Espero que por lo menos con esta entrada me haya ganado el indulto presidencial después de tanto insistir en que volviese a las andanzas.

Como no se me ocurría ningún video o foto que añadir, esta vez utilizo el comodín y recurro a mis queridos Pyton: